Rejuvenecer naturalmente con su propia sangre

Una nueva terapia que utiliza elementos de la propia sangre del paciente para reparar y devolver la juventud a tres de las zonas más visibles del cuerpo es la novedosa terapia que la ciencia pone a disposición de quienes necesitan, por razones médicas o simplemente estéticas, mejorar su apariencia.

La terapia a base de plasma rico en plaquetas y factores de crecimiento, denominada PRP Rejunaturele, acude a la sangre del mismo paciente para obtener, por medio de una centrífuga, la descomposición de elementos que luego serán aplicados en diminutas inyecciones.

“Se toman unos 30 centímetros cúbicos de sangre, de los cuales se utilizan sólo tres, porque ahí es donde se condensa el plasma rico en plaquetas y factores de crecimiento, que al inyectarlos al paciente actúan como regeneradores de tejido sin presentar ningún efecto colateral, ya que se trata de su propia sangre”, explica el investigador Rafael Antún, médico cirujano, experto en urología robótica y especializado en tratamientos para la salud de la mujer.

“Se inyecta en la cara, el cuello y las manos”, menciona, y agrega que “también se puede inyectar en la vagina a mujeres postmenopáusicas que tienen resequedad vaginal, para que el tejido se renueve”.

Al inyectar el plasma, los factores de crecimiento ayudan a generar un nuevo tejido, la formación de nuevos vasos sanguíneos y una mejor oxigenación del área. “Activa la síntesis de la matriz celular, regenera, remodela y repara los tejidos, atrayendo nuevas células hacia el lugar donde se ha aplicado”, explica Antún, quien se especializó en Europa para la aplicación de esta técnica.

En términos más simples, lo que sucede es que los factores de crecimiento de las plaquetas actúan como un regenerador del tejido y reactiva el colágeno. “Es en las plaquetas donde más proteína almacenada hay, y el contenido de proteína biológicamente activa ayuda a rejuvenecer la piel y a recuperar lo perdido en los surcos naso-labiales; alrededor de los labios donde salen las estrías del fumador, la frente, alrededor de los ojos, etc”, dice el experto.

Uno de los beneficios de la terapia con PRP es desaparecer o mejorar manchas causadas por el sol, la edad, el acné o cremas; devolver la lozanía a la piel y la tersura a zonas delicadas, como senos y glúteos, y reafirmar el tejido de las mejillas que con los años son presa de la flacidez.

“No deja marcas, no presenta contraindicaciones y las diminutas inyecciones no duelen porque se pone una crema anestésica”, asegura el especialista, que detalla que las inyecciones pueden dejar un poco de enrojecimiento donde se aplicaron, pero que éste desaparece en un lapso de media hora.

La técnica también es efectiva como prevención en la aparición de marcas de expresión y signos de cansancio.

“Me atreví a hacerlo porque soy temerosa de todo lo que es químico y uno no sabe a largo plazo qué consecuencias pueda traer. Esto, en cambio, es algo de tu propio cuerpo”, dice Marjorie Faryas, presentadora de televisión en Miami. “Como remedio contra el envejecimiento, además, hay que hacer ejercicio regular, nutrirse adecuadamente y, sobre todo, descansar”, aconseja Faryas, ex modelo de pasarela y hoy madre de dos hijos.

“El cuidado más importante después de la aplicación del PRP es evitar la exposición al sol durante dos semanas y usar bloqueador solar”, aconseja la asistente médica Milena Muñoz. “Los resultados se ven de cuatro a seis semanas porque hay una rápida revascularización de la zona tratada, remodelación de la dermis y epidermis y un aspecto radiante y lozano. La única contraindicación es que el paciente esté tomando anticoagulantes, plavix o coumarin, en cuyo caso hay que parar el medicamento”, advierte.

Del plasma sanguíneo, que parece un líquido transparente, se hace una mascarilla. “Se deja secar en la piel y se le entrega al paciente para que en la noche lo vuelva a utilizar, así como al día siguiente, lo que da un brillo o un glow”, explica Antún, quien ha desarrollado la mascarilla.

Aunque la ciencia viene utilizando el PRP especialmente en medicina deportiva, para tratar la artritis, y en cirugía plástica reconstructiva, con aprobación de la Administración de Alimentos y Medicinas, recién se está implantando a nivel cutáneo en Estados Unidos.

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