Láser intravenoso : tratamiento de las varices

El tratamiento con láser intravenoso es adecuado para tratar varices de gran tamaño en
venas grandes, como la safena, y ha demostrado mejores resultados a largo plazo al compararlo
con la termoablación y con la cirugía convencional.

El láser intravenoso es una alternativa más, de eficacia demostrada, en el abordaje de las varices.
Su precisa aplicación y conocimiento de la técnica, siempre que el diagnóstico previo y la indicación
estén correctamente realizados, hacen de esta una técnica altamente eficaz con una incapacidad
nula o mínima postratamiento.

También se aplican otros tratamientos médico- quirúrgicos descritos en el presente capítulo cuando las indicaciones son las apropiadas, separada o simultáneamente con el procedimiento objeto de descripción en el presente capítulo. Pero no se debe olvidar que el problema de las varices es el reflejo de una insuficiencia venosa, la cual es crónica y evolutiva en el tiempo, dato de importancia a la hora de seleccionar, informar y tratar a pacientes afectos de esta dolencia.

Las varices son dilataciones venosas que condicionan un deficiente retorno de la sangre hacia
el corazón. Las varices se forman a partir de una disfunción en el cierre de las válvulas venosas, lo que produce que la sangre se acumule en las venas, haciendo que se dilaten hasta que finalmente
permiten un flujo retrógrado de la sangre, causando edema y ramas colaterales

Por frecuencia, los territorios más afectados son:

– La superficie interna del muslo y de la pierna,
drenada por la vena safena mayor.
– Piel, que se drena mediante venas perforantes
hacia el sistema venoso profundo.
– La superficie externa de la pierna, drenada
por la vena safena menor.

Por su diámetro, las varices superficialespueden ser (de mayor a menor):
– Tronculares.
– Reticulares.
– Telangiectasias.

Factores que influyen en su desarrollo:
– Propensión hereditaria: el riesgo de desarrollar
varices es del 89% si los dos padres
tienen varices; un 47% si es solo un padre el
que las sufre; y un 20% si ninguno de los
dos refiere padecer varices.
– Obesidad: unas piernas de contextura gruesa requieren mayor aporte sanguíneo
arterial, la mayor cantidad de sangre debe drenarse por las venas, lo que favorece sobrecarga y la disfunción precoz de sus válvulas.

Trombosis venosa: el antecedente de trombosis venosa es el factor de riesgo independiente
más importante de insuficiencia venosa. Sedentarismo: las bombas impulsoras del
retorno venoso son la almohadilla plantar y los músculos de las piernas; el sedentarismo
no favorece la contracción muscular ni la puesta en funcionamiento de la almohadilla plantar, por lo que ocurre un estancamiento de sangre y una mayor sobrecarga valvular, lo que facilita la aparición de las varices. Trabajos prolongados de pie: al igual que en el sedentarismo, hay poco ejercicio muscular; además, el sistema de retorno debe trabajar siempre en contra de la gravedad. Anticonceptivos: producen retención de líquidos y favorecen de forma específica el fallo de las válvulas de las venas reticulares.
Muchas mujeres notan los cambios a lo largo del ciclo menstrual, observan que cambia la morfología de sus venas y muchas de ellas tienen claro que, comcidiendo con la toma de anticonceptivos, empezaron a desarrollar telangiectasias (arañitas venosas superficiales).
– Embarazo: se asocia a factores de compresión sobre el sistema venoso en el abdomen y a cambios hormonales. Las paredes de las varices son más delgadas y con menos células musculares, que han sido sustituidas por colágeno; se suele asociar a la ausencia de válvula en el cayado de la safena y se observan acúmulos de leucocitos y moléculas que tienen relación con los procesos inflamatorios
en los tejidos que circundan las venas y en las válvulas venosas

Related Posts

No Comments Yet.

Leave a Comment